Sabio chamán, Gustavo Cerati.

Sí, guardamos las memorias de nuestros amores en nuestro sistema energético, cicatrices emocionales. Y también físico, en nuestros cálices sagrados (útero nosotras, testículos ellos).

Las cicatrices no son buenas ni malas, simplemente son. De hecho, indican que la herida ya no sangra.

Las cicatrices a veces molestan un poco, nos recuerdan cuánto hemos amado, cuán valientes, vulnerables y sí, inocentes, hemos sido.

Sin embargo, las cargas sexuales sutiles pueden todavía bloquear nuestros procesos, así como la armonía con una nueva pareja.

Para ello, podemos hacer -suavemente- un ritual de liberación. Necesitarás hilo rojo y una vela.

Repito, suavemente… Probablemente sientas que tienes que hacerlo en otra oportunidad, que no estás lista… mi consejo personal (mi Plutón en casa V me ha dado mucha escuela en esto) es que lo hagas a pesar del temor o de los pensamientos intrusivos. Dar el paso para iniciar la sanación… luego lo repetirás, pero ya has empezado.

Deja fluir lo que se presente, míralo, escríbelo, llóralo, grita, golpea cojines, baila. No te quedes con esas toxinas.

“Lo que saques a la luz te salvará”…

 

Ritual de sanación de memorias sexuales

 

  1. Invocar las parejas previas, tratar de darles un lugar en tu memoria (sí, tienen un lugar, no huyas de esto, por eso digo: despacito) bien nombrándolas, bien visualizándolas.
  2. Haz un nudo con el hilo rojo por cada una de ellas, no los aprietes mucho.
  3. Enciende una vela, y medita. ¿Qué sientes? ¿rabia, pena, vergüenza? Respira conscientemente para no quedarte en esa vibración.
  4. Luego, procede a desatar cada nudo y conscientemente di “me libero, te libero”, por cada uno. Puedes cortarlas con tijeras, o quemarlas en la llama.
  5. Quizás sientes vibraciones bajas con algunas parejas, y altas al recordar otras. Por honra a quienes fueron genuinos o genuinas contigo, no reacciones poniéndoles en el mismo saco. Quédate con la alta vibración y deséales que todxs cumplan su propósito en paz.

Purificación

 

Todo ritual, para mí, conlleva una limpieza total: de creencias, de sentimientos, de energías… muchas veces el ritual actúa de una vez, pero la mayoría de las veces debe establecerse como rutina.

Este ritual pertenece a los primeros. No deberías necesitar una segunda vez, hasta que te encuentres con una nueva relación rota, desde luego. 

Si dolió mucho hacerlo, sientes que se abren procesos dolorosos, busca apoyo, descansa, toma mucha agua. Y cuando te sientas lista, repítelo.

En todo caso, este ritual debe acompañarse de expansión personal del femenino y el masculino en ti. No demos por sentado nada, que la vida es flujo, y las lecciones pueden aparecerse varias veces, precisamente, para promover esa expansión de tu Ser.

 

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HOLANDA CASTRO G

HOLANDA CASTRO G

Mentora, Formadora, Sacerdotisa

Creadora del Sistema “Sabiduría Femenina para el Liderazgo Mujer Mandala”, con el que ayudo a mujeres a despertar su feminidad, emprender en sí misma o para otras mujeres y alcanzar sus metas en sexualidad, pareja, crianza. Maestra de Espiritualidad Femenina.

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